Héctor L. Nieves Reyes
Los movimientos sociales como el generado por el #Ricky Renuncia son un medio necesario, pero no suficiente para el cambio social y político. Lo acontecido el pasado julio del 2019 es la versión boricua del movimiento de las plazas semejante a la ocupación de la Plaza del Sol en Madrid, Plaza Tahrir en el Cairo, la Plaza Syntagma en Atenas y Occupy Wall Street en Nueva York, la Nuit Debout en Francia en el 2016.
Todos estos movimientos se encarnan en el anti-neoliberalismo, la anti-austeridad y en defensa de los derechos sociales tanto en Puerto Rico como a nivel global. En Puerto Rico se manifestó tardíamente comparado con el movimiento en Europa del 2011-2016. A estos acontecimientos en varios países se les llamó “el Movimiento de las Plazas” (pág. 23, Pablo Castaño, Coordinador). La base de los movimientos de las plazas son las clases medias empobrecidas (La política en el ocaso de la clase media, Rodríguez López ,E.) y trabajadores/as precarizados, en Puerto Rico específicamente los sectores marginados y barriadas pobres junto con los reguetoneros, artistas, pensionados, estudiantes endeudados y sectores de trabajadores públicos y privados salieron a la plaza también.
Varios ejes orientaron el movimiento de la Calle Fortaleza, rebautizada Calle de la Resistencia, el más importante tal vez, es que fue un proceso de repolitización, aunque un sector considerable no había actuado en política anteriormente, fue una manifestación anti-corrupción y contra las visiones discriminatorias, y la indignación causada por la burla a nuestros muertos luego del huracán María. Fue un movimiento diverso, horizontal con acentuadas características espontáneas.
Estas movilizaciones se produjeron al margen de las organizaciones tradicionales, pero en Puerto Rico es responsable mencionar que el camino previo a julio se fue abriendo paso con el accionar de las organizaciones de pensionados, por los ciudadanos que exigen la auditoría de la deuda, el papel de Se Acabaron las Promesas que no dejó que la lucha se cayera (marchas en Isla Verde, Condado, por ejemplo) y el entusiasmo y deseos de luchar que generaron los pasados tres primeros de mayo (2017, 2018 y 2019). Una organización que jugó un papel importante en todo este proceso fue el Colectivo Feminista (yo le llamo las violetas), son unitarias no son sectarias y tienen la capacidad de juntarse y apoyar a otras organizaciones, algo muy refrescante en la izquierda puertorriqueña. Mucho se hablará de estas mujeres en las luchas venideras.
Los movimientos sociales se caracterizan por:
- Una red de interacciones multidireccionales formales facilitadas por las redes y la internet.
- Unas creencias compartidas.
- “Una acción colectiva en temas conflictivos” (Pág. 57, Pablo Castaño, Coordinador).
- Es una forma de organización no vertical, es horizontal y libre de relaciones de subordinación.
- Es una estructura ligera, no burocratizada.
- Decididos a construir un tipo de organización distinta del partido tradicional.
- Pretende alejarse de la política-espectáculo.
- Los movimientos sociales son alérgicos a los partidos verticales, cerrados y elitistas.
Los movimientos sociales suelen proliferar cuando los partidos de izquierda tradicionales se cierran cada vez más sobre sí mismos, se burocratizan, se aíslan de las bases y de las masas que dicen representar. En el Viejo San Juan (Calle Fortaleza) ninguna fuerza de izquierda pudo ejercer su hegemonía por sobre las demás fuerzas. Muchos de los movilizados en julio no habían estado implicados en política anteriormente. Es por eso que lo acontecido fue un proceso histórico donde las masas se politizaron y no contaban con un partido de vanguardia que las condujera políticamente.
Los acontecimientos de julio pasado tomaron por sorpresa a muchas organizaciones porque sus manuales y dogmáticas no se adecuaban a la nueva realidad. Un error político vital fue sacar la lucha política y social de las calles y dirimir el conflicto en los Tribunales como si el Derecho fuera un dispositivo jurídico neutral. Esto abonó a la desmovilización de las masas. Las características espontáneas manifestadas en julio del 2019 hay que darles formas organizativas y completarlas, transformarlas en nuevas estructuras de organización política. Fortalecer el movimiento de masas que viene en ascenso desde el 1 de mayo del 2017 se torna inclusive, más importante que la lucha electoral venidera. Hay disposición de lucha, articulemos un sólido movimiento de masas. ¿Qué estamos esperando?
Fuentes consultadas
- De las calles a las urnas, nuevos partidos de izquierda en la Europa de la austeridad, Pablo Castaño, Coordinador, Editorial Akal, 2019.
- La política en el ocaso de la clase media, el ciclo 15M-Podemos, Rodríguez López, Emmanuel, Traficantes de sueños, 2016.