Héctor L. Nieves Reyes
13 de septiembre de 2019
La jornada de julio del 2019 en el Viejo San Juan y en el resto del país es el proceso de construcción de una nueva subjetividad que nos debe conducir a mayores niveles de resistencia contra el colonialismo, contra la Junta de Control Fiscal (J.C.F.) y contra las visiones de mundo discriminatorias. Fue también un proceso de liberación ciudadana en desarrollo, es la producción de un pueblo por venir.
En San Juan se vieron cara a cara dos formas de ver el mundo, una basada en el discrimen, la burla, la insensibilidad de los gobernantes; la otra, la del pueblo que contenía un mensaje de tolerancia hacia las diferencias, le dijeron al poder “no queremos discriminaciones por razón de raza, preferencias sexuales ni estereotipos de ninguna clase.”
En el verano de julio los sueños y metas de los jóvenes, de los estudiantes, de los pensionados, de los trabajadores, sus sindicatos, mujeres, y los artistas buscaron formas de hacerse realidad, quedó claro que la organización aumenta la capacidad para lograr objetivos comunes. Lo espontáneo, que también se experimentó en un proceso complejo como el que se vivió, puede ser superado por mayores niveles de articulación, mejor preparación y lo más importante si se lucha y se resiste se puede transformar la realidad. No debemos dejar de mencionar la importancia de las redes sociales en la movilización y promoción de las actividades que se realizaron durante las protestas.
Aprendimos que la unidad de los sectores mencionados somos la mayoría, esto se tradujo en la consigna “somos más y no tenemos miedo” y que representamos el bien común. En la Calle Fortaleza del Viejo San Juan pusimos en práctica lo que Rosa Luxemburgo expresó hace muchos años, “luchemos por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”.
En la Jornada de julio y en medio de la debacle del gobierno de Ricardo Rosselló y su entorno se produjo una lucha cruenta por el poder dentro del partido de gobierno, una figura pareció tener el apoyo de la Junta de Control Fiscal. Veamos las razones:
Pedro el Breve
A raíz del escándalo generado por el famoso chat y por la fuerza que adquirió el #Ricky Renuncia asumida por las mayorías del pueblo, irrumpió en escena el Lcdo. Pedro Pierluisi, “Pedro el Breve”. La J.C.F. que ejecuta la Ley Promesa trató a través de un golpe de estado blando “soft power” sin ejército en la calle, imponer a su hombre, el que mejor articuló sus intereses en medio de una crisis de gubernamentalidad y de lucha por el poder intrapartido con un discurso de reconciliación. Pierluisi es un intelectual orgánico ideal, abogado corporativo, defensor de los grandes intereses del capital financiero y norteamericano, “cabildero de cinco estrellas”. Fue rechazado como también fueron los proyectos para los cuales él hizo gestiones. Fue breve su estadía, pero salió a la luz sus faenas cabilderas de hondo calado. Todo parece indicar que volverá a aspirar a la gobernación, en esta ocasión con todas las de la ley, con el apoyo de Promesa y su Junta porque quiere volver a sentir el dulce sabor a miel del poder colonial que emana de Fortaleza.
La forma que Pierluisi llegó a la gobernación fue impugnada y se hizo una interpretación jurisprudencial de la Constitución, el golpe no se consumó, la cláusula de sucesión se puso en práctica, la Secretaria de Justicia Wanda Vázquez asumió su cargo no sin antes enfrentar los embates y ambiciones desmedidas y luchas de poder dentro de su propio partido. Una crítica le debemos hacer a aquellos abogados independentistas que “interpretaron” la constitución del E.L.A. Las constituciones coloniales no se interpretan, se cuestionan de raíz y más aún cuando la interpretación favorece a una de las partes o fracciones en pugna en un partido, el derecho no es neutral ni los abogados.
La clase gobernante aprovecha el momento histórico para re-articularse y beneficiarse del reflujo que se produce luego de una intensa jornada de luchas. Esta parece ser a corto plazo la tarea principal de la Gobernadora y su partido que se enfrenta a varias fracciones por el poder. Por otro lado, las organizaciones que representan el poder del pueblo aprendieron del proceso, es experiencia colectiva ganada y articularán desde su perspectiva nuevas jornadas de lucha. No olvidemos que el concepto clave en política es el de organización. El legado más importante de julio es que podemos transformar la realidad a través de un movimiento de masas bien organizado.