Usa la metáfora que más te guste, es como un terremoto, es una réplica, son vientos huracanados, son misiles financieros la decisión de la Jueza Taylor-Swain del pasado martes. La onda expansiva de esta decisión impacta a todo un pueblo, incluyendo maestros y pensionados, como ya se ha discutido. Afecta el presente y futuro inmediato de los estudiantes universitarios, al sistema-U.P.R., provocará éxodo de profesionales, enfermeras, médicos, jóvenes bien preparados, a nuestros niños y nuestros mayores, a todos aquellos dependientes de servicios estatales, las canchas y estadios serán abandonados por falta de fondos públicos, la infraestructura pública no será atendida como es debido, habrá más pérdidas de empleos públicos y privados, se registrarán alzas en pagos de agua, luz y peajes por el uso de autopistas y tramos de carreteras, en los fletes, aumento en los precios de las mercancías, aumento en la ejecución de hipotecas, aumento de la deuda privada como efecto pivote o dominó. Jóvenes que no encontrarán incentivos para estudiar ante la precarización de la educación pública, primaria y universitaria, otros tendrán que asumir deuda para culminar sus estudios, la austeridad afectará los servicios médicos, la mercantilización de bienes comunes y públicos, playas, costas y ante la crisis promover a la Isla como paraíso fiscal, etc. etc. etc.
Esta decisión que ha sido subestimada traerá un impacto enorme en nuestra calidad de vida y aún muchos no lo pueden ver, porque empezando por el gobierno, responden a estos intereses cuando en teoría el estado debería ser el defensor del bien común. Cuando este estado muta hacia uno neo-liberalizado solo tiene como meta la defensa de los intereses del capital financiero.
Una vez más estamos ante una coyuntura que lo social, la economía de la deuda y la descolonización no se pueden disociar, van cogidas de la mano. Cuando exigimos la descolonización de Puerto Rico y su derecho a la independencia también cuestionamos la forma cómo producimos y distribuimos, cómo nos organizamos y nos organizaremos materialmente y cómo repartiremos los panes y los peces, desde ya podemos empezar a plantearnos la sociedad a la cual aspiramos.
Algo tenemos que tener claro; la decisión de la Jueza Tailor-Swain nos afecta a todos aquellos que no vivimos del capital, desde luego, y esa es la mayoría, el 99% de la población, la minoría, el 1% no le afecta, claro que la vitorearán, gritarán ¡Qué viva la Ley PROMESA! ¡Qué viva la Junta de Control Fiscal (JCS)! Para sus intereses la Jueza traída de Brooklyn es su divina pastora, como decía Manuel Rivera Morales.
Tenemos muchas tareas de resistencia y organizativas por realizar, la primera es entender las consecuencias de la decisión Taylor-Swain para las mayorías de nuestro pueblo, nos provocará austeridad y pobreza. El Plan de Ajuste de la Deuda (PAD) es un dramático y beneficioso rescate de la banca privada con dineros públicos y los fondos de pensiones. Las consecuencias implican la sobreexplotación de nuestro pueblo.