
Breves reflexiones en torno a mi Barrio Aguirre.
* Cuando hablo de la Central Aguirre (el barrio) nunca lo hago desde el romanticismo, todo lo contrario, lo hago desde la resistencia que los trabajadores les dieron a los dueños bostonianos de la central (capital norteamericano ligado a la industria del dulce y bancario de Boston).
* Nacido y criado hasta los 15 años +-, soy hijo de un azucarero, soy hermano de dos azucareros y sobrino de otro azucarero y de un maquinista, así que lo que narro no lo estudié en ningún libro de historia porque de eso no hablan, ni lo aprendí en la escuela porque eso no lo enseñan tampoco, lo viví de propio conocimiento.
* Puedo dar fe de las grandes luchas que dieron los trabajadores, luchas que catalogo históricas,
heroicas; mi padre participó en muchas de estas.
* Hubo luchas sindicales y organizativas importantes a pesar de que los líderes sindicales se vendían como lechones, por eso en la huelga del 1934 llamaron a Don Pedro para que los representara y no legalmente si políticamente.
* No hablo desde el romanticismo ni desde el historicismo abstracto, lo viví en carne propia, vi cuando los obreros tomaron la Central no una sino varias veces, esos días papi no llegaba a casa.
* Vi cómo le cerraban los portones a la Central con cadenas y candaos, al punto que los que le llevábamos fiambreras (los pinches) a los obreros teníamos que hacer malabares para entregarlas.
* Viví la quema de cañaverales como forma de presión a los barones dueños de las tierras.
* Hubo un ajusticiamiento por un trabajador ofendido y en defensa del honor de su novia al primer puertorriqueño administrador de la Central.
* Hubo cerco y hostigamiento a capataces abusadores.
* Los trabajadores en muchas ocasiones asumieron la defensa propia con armas, piedras y palos.
* Hubo ajusticiamiento y lucha armada contra capataces, rompehuelgas, policía y sopla potes.
* En mi casa debajo del palo de panapen vi entre 12 a 15 trabajadores reunidos con mi papá discutiendo el convenio colectivo y las demandas que le someterían a los dueños de la Central o alguna estrategia a asumir.
* No romantizo Aguirre, el de mi época, vi cuando grupos organizados llegaban a las casas americanas a lanzarle piedras a los techos de zinc, eso por alguna disputa entre ellos y nosotros, participé con varios amigos de los lanzamientos, estos reflejaban un nivel primario de toma de conciencia de clase.
* Vi huelgas y huelgas de brazos caídos y un sin fin de formas de presión.
* Claro que en Aguirre hubo explotación, abusos, bajos salarios y mucha riqueza marchada al exterior, pero como todo proceso de esa índole hubo lucha, batallas ganadas, resistencia, organización a varios niveles, el obrero cañero tenía unos niveles de conciencia más altos a pesar de contar con pocos estudios formales, mi padre tenía un 4to. grado, sabía leer y escribir y practicó la historia oral con una capacidad de transmitir conocimientos como pocos he conocido.
* Mí padre un día me dijo Héctor tu sabes que yo siempre he sido republicano pero lo que hizo don Pedro por nosotros no lo hizo ningún líder, ese era nuestro líder grande, el verdadero, caló profundo la visita de don Pedro a Hacienda Vieja un día de la huelga del 34.
* No romantizo a Aguirre cuando digo como René Pérez “somos hijos del cañaveral” porque me crie en un cañaveral donde está hoy anclada la Central Termoeléctrica, los americanos no comían jueyes ni tomaban melao, estos eran parte de nuestra dieta básica con el pescao de la bahía.
* No romantizo Aguirre, hubo lucha y resistencia contra los bostonianos y los baroncitos sureños, y hoy se trata a través de grupos comunitarios como IDEBAJO compuesto por jóvenes de Aguirre , Coquí , Jobos, San Felipe, Las Mareas de rescatar la memoria histórica pero de cara al presente y futuro, tenemos que diseñar y ellos lo hacen de tener el mejor barrio posible desde las bases que lo habitan, los americanos ya se fueron ahora nos toca porque me incluyo a los aguirreños construir el porvenir, ese esfuerzo lo viene haciendo IDEBAJO por eso cierro mencionándolos. Los aguirreños no romantizamos a Aguirre sabemos de dónde venimos.

Héctor L. Nieves-Reyes
14 de septiembre de 2025